La morfología es la forma externa de las
ciudades. Esta se ve influenciada por el emplazamiento (relación con el medio
físico: sobre una colina, en la ribera de un río, etc) y la situación (posición
relativa de la ciudad con respecto al entorno próximo: otras ciudades, vías de
comunicación, etc). Su estudio se realiza sobre un plano, que es la
representación a escala de los espacios construidos (edificios) y de la trama
urbana (calles, parques, y otros espacios vacíos).
La forma sobre el plano de la ciudad puede
ser de diferentes maneras dependiendo de la trama viaria: ortogonal o en
damero, cuando el plano de la ciudad sigue una estructura cuadriculada, con
calles que se cruzan en ángulo recto también llamado plano hipodámico su
desarrollo es habitual en la historia del urbanismo desde las ciudades griegas
o romanas, las ciudades coloniales hispanoamericanas o los ensanches europeos
del siglo XIX; radiocéntrico: cuando desde el centro
de la ciudad parten múltiples calles en todas direcciones a modo de radios,
mientras que otras circulares las cortan y rodean por completo al centro urbano
(ejemplo de ello es Budapest); e irregulares,
que contiene calles estrechas y sinuosas, muchas de ellas sin salida,
originadas por la inexistencia de planificación previa a la construcción; las
manzanas de viviendas eran por tanto irregulares y compuestas por edificios
altos en los que se hacinaba la población. Las ciudades de origen medieval suelen
tener este tipo de configuración.
Los primeros desarrollos del concepto se producen en la
segunda década del siglo desde la geografía del arte centroeuropea. Los
estudios del sitio y el plano de la ciudad, como el de Geisler sobre Dantzig de
1918, son de todos modos meras descripciones
Desde los años 70, la noción de morfología urbana no ha dejado
de hacerse cada vez más inclusiva, de manera que hoy en día no puede ya
separarse de nuevas acepciones que han ido enriqueciendo su contenido. Así, se
entiende como posible que un estudio de morfología urbana deba incluir una
consideración de la ciudad como paisaje,
esto es una visión de la ciudad en movimiento o un análisis urbano desde los
elementos subjetivos que introduce la percepción
Morfología y crecimiento urbano: del espacio cerrado al
espacio abierto en la visión de la cultura arquitectónica
Las explicaciones del crecimiento urbano contemporáneo
por parte de la cultura arquitectónica son una buena piedra de toque para
valorar hoy en día la utilidad del análisis morfotipológico. La ciudad de la
Era Industrial ha constituido para numerosos arquitectos el puente histórico de
transición de las formas urbanas de la ciudad compacta preindustrial y a la
dispersa del siglo actual. Ese paisaje
urbano en transición puede contemplarse a modo de ejemplo en la
evolución de la calle como uno de los elementos más definitorios de la forma
urbana. El siglo XX, y en concreto los años 50 y 60, sancionan en todos los
países europeos la hegemonía del bloque y de ese espacio abierto sin cualidad,
una auténtica convulsión de las formas urbanas que en sus distintas versiones
nacionales marcan el camino definitivo hacia la consolidación de una ciudad
cada vez más dispersa. Un vertiginoso recorrido de lo cerrado a lo abierto que
no ha hecho sino ensancharse a pesar de las "llamadas al orden"
El desarrollo de la ciudad difusa durante los últimos
veinte años ha multiplicado esa tendencia que creíamos olvidada en la época del
urbanismo de la austeridad, de la regeneración urbana, de la
"cirujía" de las tramas urbanas inconexas y de la ciudad compacta
como modelo estético. Se ha producido un auténtico salto de cualidad con la
generalización en el territorio de formas de suburbio jardín, de áreas densas
en perfireria, de centros comerciales, de espacios del intercambio logístico,
de parques industriales, etc...
Hacia nuevas explicaciones
La crisis de las visiones tradicionales se debe en parte
al cambio del modelo de crecimiento urbano y a la entrada de nuevos paradigmas
de funcionamiento económico y social. La visión más estrictamente fisicista
desde la cultura arquitectónica es incapaz hoy por hoy de ofrecer nuevos
paradigmas interpretativos de la ciudad actual: la forma de los actuales
desarollos urbanos no puede comprenderse ya bajo la sencilla oposición espacio abierto-espacio
cerrado. Las interpretaciones de la ciudad desde las ciencias sociales, dominantes
en la teoría urbana en las últimas décadas, han olvidado en buena medida los
aspectos estrictamente físicos por poco relevantes en la explicación del
desarrollo
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